Cada vez disponemos de mejores cámaras digitales o de smartphones capaces de capturar fotografías en alta resolución, también muchas de las imágenes que encontramos en la red suelen ser de gran calidad. Esto nos obliga a optimizar y comprimir imágenes, así resultan menos pesadas y más fáciles de compartir, también se optimizan para incluirlas en la web sin que aumenten significativamente el tiempo de carga de la página.