A finales de la semana pasada se daba a conocer de la mano de Euractiv (EN) que la Comisión Europea está trabajando en el diseño de una etiqueta de “hardware seguro” dirigida a dispositivos del internet de las cosas.
Es, de facto, uno de los puntos que más he criticado estos últimos años, habida cuenta de que cada vez más dispositivos están conectados y la mayoría ni siquiera bajo protocolos seguros y estandarizados, o con capacidad de actualización en caso de descubrirse una brecha de seguridad.