Una imagen vale más que mil palabras y mil imágenes juntas valen, en algunos casos privilegiados, una estatuilla de 34 centímetros bañada en oro. La semana ha empezado con la entrega de premios de los Oscar, un reconocimiento al ya coronado como séptimo arte, pero la proyección de fotogramas es más que una dedicación artística, es un recurso educativo inigualable.