El gran secreto de Trump no está oculto, ni responde a una gran estrategia, sino a una situación muy simple: volver a la raíz misma de la comunicación. Es decir, identificar los dolores de audiencias clave y generar contenidos para llegar a ellas, una por una.
Trump supo descifrar y capitalizar el descontento del americano blanco del rust belt, el otrora corazón industrial de Estados Unidos, venido a menos por la migración de la producción a México o Asia, producto del libre comercio. Es a estos grupos, aún golpeados por la crisis del 2009 y a quienes la globalización ha desfavorecido, con quienes principalmente supo conectar Trump.
Via Biblioteca, InsideOut
Gestión, 13 de noviembre 2016