El sistema educativo tiene la responsabilidad de promover un uso de las nuevas tecnologías con valor educativo para las personas. Introducir, por ejemplo, la IA para facilitar el acceso a la información, no tendrá ninguna incidencia en el desarrollo de las capacidades cognitivas y sociales de los estudiantes, por lo que no cambiaría los resultados en los aprendizajes esperados y no prepararía a las nuevas generaciones para los siguientes saltos tecnológicos que sin duda vendrán. En contraste, aprender a hacer buenas preguntas en las plataformas de IA es un uso que estimula el pensamiento lógico, que desarrolla capacidades.
Para cambiar el aprendizaje, la IA no tiene que llegar hasta el aula. La IA está en todos lados menos en las salas de clase. Aprendemos de igual manera con o sin IA. La mente sigue operando igual a nivel sináptico (bioquímco). Lo que cambia es la manera de acceder y crear conocimientos con una herramienta algorítmica...